
Después de la parte 1 y parte 2, de la facturación de las clínicas, llegamos a la última, donde se explicará el destinatario de la factura, la factura como documento mercantil y un breve resumen de todo lo detallado.
Destinatario de la factura
Debe entenderse como destinatario de las operaciones, cuya identificación debe consignarse en la correspondiente factura, a la persona física o jurídica, obligada frente al sujeto pasivo a efectuar el pago de la contraprestación de las mismas, con independencia, en cualquier caso, de quien sea la persona que efectúe el pago material de las mismas.
Este caso se da principalmente cuando el paciente es menor de edad y no tiene DNI. Normalmente cuando pasa esto, se emite la factura a nombre del padre, madre o tutor del menor. Para resolver este problema, podríamos acudir al antiguo reglamento de facturación que permitía dentro de la descripción de la operación, incluir una mención expresa de las personas destinatarias de los correspondientes tratamientos. Es decir, emitir la factura a nombre del padre, madre o tutor y en el concepto incluir el nombre del paciente.
La factura como documento mercantil
La factura es la constancia escrita que el vendedor entrega a un comprador por la venta de mercancías o prestación de servicios.
Podemos decir que es una acreditación de una transferencia de un producto o servicio tras la compra del mismo y es el documento que constituye un medio de prueba de la realización del tratamiento.
Por lo tanto, bajo nuestro punto de vista, no se debe entregar a un paciente una factura sobre un tratamiento que todavía no se ha ejecutado y, en caso de hacerlo, indicar claramente en el concepto que ese tratamiento aún no se ha realizado.
Podemos resumir todo lo visto en los párrafos anteriores en los siguientes puntos:
- Las clínicas dentales tienen obligación de emitir facturas a sus pacientes por todos los tratamientos realizados y guardar una copia.
- Lo más recomendable es facturar la producción realmente ejecutada independientemente de la forma de pago del paciente.
- El destinatario de la factura tiene que ser el propio paciente que recibe el tratamiento.
- No se debe entregar una factura a un paciente sobre un tratamiento no ejecutado. Entendemos que lo más adecuado es generar recibos por los pagos anticipados y, una vez finalizado el tratamiento, generar la factura con todos los tratamientos ejecutados.
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